Este año que ha empezado (para mi el año empieza en septiembre, es cuando realmente reorganizo mi vida, y la de mi hijo), me he propuesto que comamos más sano, y si puede ser que hagamos un poco de dieta.

Para ello cada semana preparo un menú, pero no os creáis que es así de simple, es un menú complejo, al mediodía mi hijo come con la abuela y yo de tupper en el trabajo, o sea que básicamente comemos el mismo grupo de alimentos pero la técnica es bien distinta.

Todo este rollo viene a que hay dos/tres días a la semana que hemos de comer legumbres, mi hijo lo tiene fácil que le encantan los potajes, pero yo para eso soy más rollo, además potaje en tupper sin microondas en la oficina, como que no. Solía llevarme ensaladas de garbanzos, de judías, hummus, etc, pero quería tener otras opciones caseras para llevarme, y como los falafels me encantan pues allí que me lancé. Y como tengo mi máquina de mis amores, ha sido un plis plas.

• 500 gr de garbanzos secos (fundamental que sean secos).
• 1/2 cebolla.
• Un ramillete de perejil fresco.
• Un ramillete de cilantro fresco.
• 3 dientes de ajo.
• 2 cucharaditas de comino.
• 1 cucharadita de bicarbonato sódico.
• Sal al gusto.
• Pimienta al gusto.
• Pan rallado para rebozar.

Básico y fundamental, poner los garbanzos en remojo el día anterior con suficiente agua para que los cubra. Si veis que el agua se ensucia se la podéis cambiar un par de veces.

Cuando vayamos a prepararlos escurrimos los garbanzos, y los secamos bien con papel (intentad que pierda el máximo agua posible).

Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la Thermomix (excepto el pan rallado que es para rebozar). La pondremos 20 segundos a velocidad 8. Esto lo haremos 3 veces, entre una y otra bajaremos, con ayuda de una espátula, lo que se quede pegado a las paredes.

Tiene que quedar triturado, pero no hecho un puré perfecto.

Lo ponemos todo en un bol y lo dejamos reposar en la nevera como mínimo 1 hora (con ello tomara cuerpo y nos costará mucho menos montar los falafels).

Para prepararlos basta con tomar un poco de masa (tamaño pelota de ping-pong), primero le damos forma de bola y luego la chafamos un poco.  La rebozamos en pan rallado y se fríen en abundante aceite muy caliente.

Se pueden congelar perfectamente, y luego se fríen directamente del congelador, como con las croquetas. 

Pensad que son muy contundentes, y con dos o tres te llenas.

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Un beso enorme a todas/os.