Esta receta se la debo a mi madre, y supongo que ella se lo debe a la suya, o sea que va pasando de generación en generación.

La verdad es que tengo muchas amigas que tienen verdadera adicción a estas croquetas, primero a las de mi madre (han viajado mucho y en grandes cantidades a muchas casas) y espero que ahora a las mías.

Empecemos con los ingredientes (obtendremos unas 40 croquetas medianas):

Para la masa:

- 2 pechugas de pollo

- 3 cebollas medianas

- 150 gramos de jamón serrano a taquitos

- 5 cucharadas de harina normal bien colmadas

- Un poco de nuez moscada

- 1 litro de leche

- Aceite oliva

Para el rebozado:

- 2 huevos enteros

- Pan rallado

En el caso de las pechugas yo aprovecho cuando hago caldo de pollo para cocerlas, y con ellas me sale este "delicatensen", también se pueden hacer (muy bien hechas) a la plancha, aunque desconozco si el sabor cambia mucho.

En primer lugar trituramos las pechugas con un poco de leche en la batidora, cuanto más trituradas más suaves quedarán

Igualmente trituramos también las cebollas.

Una vez hecho esto ponemos a pochar la cebolla con un poco de aceite (a fuego muy muy lento) hasta que toma color dorado.

Llega el momento de añadir la harina (tal cual, no hace falta tamizar) y mezclamos muy bien con la cebolla y tostamos ligeramente.

Llega el momento de añadir la leche (algunos ya habréis adivinado que estamos haciendo una gran bechamel no???).

En este punto comentaros que esta ha sido mi frustración durante mucho tiempo, pues si no lo haces de la forma adecuada te aparecen unos grumos odiosos (bolas enormes de harina que tienen vida propia y totalmente incomibles), en mi caso lo he solucionado usando las barillas y poniendo la leche (a temperatura ambiente) muy poco a poco, y no vuelvo a añadir más hasta que no se absorbe la anterior.

Una vez la bechamel tiene la consistencia de un puré suave llega el momento de añadir el pollo (mezclamos muy bien para que se integre totalmente), el jamón y la nuez moscada

.A partir de aquí dejamos que se vaya haciendo a fuego muy lento, moviéndolo muy muy a menudo, aproximadamente durante 1 hora. El momento en el que sabremos que la masa está en su punto es cuando la masa se despegue completamente de la sartén, os dejo una imagen por si os puede ayudar.

Y ahora mi añadido, os tengo que confesar que me da una pereza terrible formar las croquetas a mano, y por ello utilizo una manga pastelera, con una boquilla especial para croquetas.

Lo mejor es no dejar que la masa se enfríe del todo, hacemos tiras largas con la manga y dejamos enfriar en el mármol (previamente enharinado) durante una hora aproximadamente para que queden completamente frías.

El último paso es rebozarlas. Batimos los dos huevos enteros, pasamos las croquetas primero por el huevo y posteriormente por pan rallado (yo utilizo el que lleva ajo y perejil, pero también se puede utilizar pan rallado normal).

A no ser que tengas mucho hambre o mucha gente no creo que te puedas zampar las 40 croquetas, con lo cual se pueden congelar perfectamente.

Para ello lo más cómodo es utilizar papel film, y separarlas con el mismo papel para que no se peguen durante la congelación.

Cuando las vayas a hacer no hace falta sacarlas con antelación del congelador (yo diría que casi es mejor freírlas directamente congeladas, pues así no se abren).

Para freír utilizar una gran cantidad de aceite muy caliente, y en un momento están listas.

Ñam, ñam, a disfrutarlas, espero que os gusten (a mi me encantan).

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Un beso enorme a todas/os.