Pues sí, ya os lo dije el martes cuando os explicaba el truco para deshuesar cerezas, que hoy las íbamos a necesitar, pues aquí lo tenéis.
Esta es una tarta de origen francés, que originalmente se hacía con cerezas pero que creo admite una gran cantidad de frutas, solamente hay que probar, si lo hago os lo cuento.
Buscando una receta válida, y como hago casi siempre, cogí lo que más me gusto de varias de ellas e hice mi propia versión, que es la que hoy os presento.
También he visto varias de ellas que utilizan también harina de almendras, por supuesto que la próxima vez lo probaré, pues seguro que es excelente.
En este caso la he querido hacer sin ella pues, por lo que he podido ir leyendo, esta versión es más parecida a la original. Pero vamos, que en cocina encontrar una receta fidedigna 100% es complicado, así que espero no haber pecado muy mucho con la que yo he hecho.
Venga, vamos a por ella.
INGREDIENTES:
- 500 gr de cerezas
- 3 huevos a temperatura ambiente
- 300 ml de leche entera a temperatura ambiente
- 100 gr de azúcar glas
- 60 gr de mantequilla derretida pero no caliente
- 100 gr de harina
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
ELABORACIÓN:
En primer lugar ponemos a precalentar el horno a 180º arriba y abajo sin ventilador.
Lo primero que haremos es preparar las cerezas, para ello hay que deshuesarlas. Aquí tenéis una forma muy fácil de hacerlo.
También vamos a preparar la mantequilla, para ello la ponemos unos segundos al microondas, hasta que se empieza a derretir, en ese punto la sacamos, y la mezclamos con una cuchara hasta que se derrita toda con el calor residual, la reservaremos mientras hacemos la mezcla para que vaya templando.
Vamos a preparar la masa. En primer lugar ponemos los huevos junto con el azúcar y lo batiremos hasta que esté totalmente incorporado y la mezcla haya blanqueado.
Añadiremos la mantequilla (sobre todo que esté templada pues si no cuajará el huevo), y mezclamos de nuevo.
Ponemos ahora el extracto de vainilla y mezclamos de nuevo.
Llega el turno de la harina, lo mejor es hacer movimientos envolventes, y veréis como poco a poco se va incorporando la harina a la mezcla.
Y por último incorporamos la leche.
Vamos a por el montaje final.
Utilizaremos un molde de unos 25 cm de diámetro y no muy alto (yo utilicé el molde que uso para hacer la quiche). Lo untamos con mantequilla y después le ponemos harina por todo el interior, desechando el exceso.
Ahora pondremos las cerezas que teníamos reservadas y deshuesadas en el molde.
Le añadimos la mezcla que teníamos reservada hasta un poquito menos del molde, no hace falta dejar mucho pues no sube en exceso.
La introducimos en el horno, que ya estará caliente, y una vez dentro cambiamos el calor sólo abajo. Pasados 30 minutos volveremos a poner calor arriba y abajo y lo tendremos 10 minutos más, o hasta veáis que está dorado y cuajado (probaremos con una brocheta que esta salga limpia).
Lo dejamos templar 15 minutos, y le añadiremos azúcar glas por toda la superficie.
Cuando esté completamente frío lo podéis desmoldar, pero con cuidado que no es un bizcocho.
Se puede tomar directamente de la nevera bien fresquito.
Y esto es todo por hoy, espero que probéis la receta, ya me contaréis que os parece.
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Un beso enorme a todas/os.
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